Cuando el animal fue presentado en la venta el Mulá se hallaba entre el público. `El próximo lote -gritó el rematador- es este soberbio, inigualado y maravilloso burro. Quién comienza ofreciendo 5 piezas de oro?'
`Sólo 5 piezas por un burro?', se sorprendió Nasrudín. Así que inició la puja. Mientras el precio subía más y más y el rematador cantaba loasdel burro en cada oferta, Nasrudín se volvía cada vez más ansioso por comprarlo él. La puja finalmente se circunscribió a un duelo entre el Mulá y un granjero. Compró Nasrudín en 40 piezas de oro.
Le pagó al rematador su comisión de un tercio, se llevó su parte del dinero como vendedor y tomó posesión del burro como comprador. El valor del jumento era quizá de 20 piezas de oro. Por consiguiente perdió dinero, pero había comprado un animal cuyos meritos -ahora lo comprendía- había ignorado hasta que fueron tan brillantemente enunciados por el rematador del pueblo.
`Nunca me pierdo un buen negocio', se dijo Nasrudín mientras regresaba a casa con su adquisición.
FUENTE: SHAH, IDRIES: `Las Ocurrencias del Increíble Mulá Nasrudín'. Recopilación. Digitalizado por Hernán, Biblioteca Nueva Era, Rosario -Argentina.