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domingo, julio 31, 2011
Articoli in Italiano L’Antico codice di Dragonheart
Dentro il cerchio della tavola,
sotto la sacra spada,
un cavaliere deve giurare di obbedire
al codice che è senza fine,
senza fine come la tavola,
un anello legato all'onore.
Un cavaliere giura di essere valoroso,
il suo cuore conosce solo la virtù,
la sua spada difende gli inermi,
la sua forza sostiene i deboli,
la sue parole dicono solo la verità,
la sua ira abbatte i malvagi.
Il giusto non può morire,
se un uomo ancora ricorda,
le parole non sono dimenticate,
se una voce le pronuncia chiare,
il codice per sempre riluce,
se un cuore lo conserva splendemente...
Ilusiones Richard Bach
1. Vino al mundo un Maestro, nacido en la tierra santa de Indiana de Indiana, criado en
las colinas místicas situadas al este de Fort Wayne.
2. El Maestro aprendió lo que concernía a este mundo en las escuelas públicas de Indiana
y luego, cuando creció, en su oficio de mecánico de automóviles.
3. Pero el Maestro traía consigo los conocimientos de otras tierras y otras escuelas, de
otras vidas que había vivido. Los recordaba, y presto que los recordaba adquirió sabiduría
y fuerza, y la gente descubrió su fortaleza, y acudió a él en busca de consejo.
4. El Maestro creía que disfrutaba de la facultad de ayudarse a sí mismo y de ayudar a toda la
humanidad, y puesto que lo creía, así fue, de modo que otros vieron su poder y acudieron a
él para que les curase de sus tribulaciones y sus muchas enfermedades.
5. El Maestro creía que es bueno que todo hombre se vea a sí mismo como hijo de Dios, y
puesto que lo creía, así fue, y los talleres y los garajes donde trabajaba se poblaron y atestaron
con quienes buscaban su sabiduría y el contacto de su mano, y las calles circundantes con
quienes sólo anhelaban que su sombra pasajera se proyectara sobre ellos y cambiara sus vidas.
6. Sucedió, en razón de las multitudes, que varios capataces y jefes de talleres le ordenaron
al Maestro que dejara sus herramientas y siguiera su camino, porque el apiñamiento era tal que
ni él ni los otros mecánicos tenían espacio para trabajar en la reparación de los automóviles.
7. Se internó, pues, en la campiña, y sus seguidores empezaron a llamarlo Mesías, y hacedor
de milagros; y puesto que lo creían, así fue.
8. Si estallaba una tormenta mientras él hablaba, ni una sola gota de lluvia tocaba la cabeza de
uno de sus oyentes, y quienes estaban en el fondo de la multitud, escuchaban sus palabras
con tanta nitidez como los primeros, aunque en el cielo retumbaran rayos y truenos.
Y siempre les hablaba en parábolas.
9. Y les dijo: “En cada uno de nosotros reside el poder de prestar consentimiento a la salud
y a la enfermedad, a las riquezas y a la pobreza, a la libertad y a la esclavitud. Somos nosotros
quienes las domeñamos y no otro.”
10. Un obrero habló y dijo: “Es fácil para ti, Maestro, porque a ti te guían y a nosotros no, y
no necesitas trabajar como trabajamos nosotros. En este mundo el hombre debe
trabajar para ganarse la vida.”
11. El Maestro respondió y dijo: “Una vez vivía un pueblo en el lecho de un gran río cristalino.
12. “La corriente del río se deslizaba silenciosamente sobre todos sus habitantes: jóvenes y
ancianos, ricos y pobres, buenos y malos, y la corriente seguía su camino, ajena a todo lo
que no fuera su propia esencia de cristal.
13. “Cada criatura se aferraba como podía a las ramitas y rocas del lecho del río, porque su
modo de vida consistía en aferrarse y porque desde la cuna todos habían aprendido a resistir la corriente.
14. “Pero al fin una criatura dijo: ‘Estoy harta de asirme. Aunque no lo veo con mis ojos, confío
en que la corriente sepa hacia dónde va. Me soltaré y dejaré que me lleve a donde quiera. Si
continúo inmovilizada, me moriré de hastío’.
15. “Las otras criaturas rieron y exclamaron: ‘¡Necia! ¡Suéltate, y la corriente que veneras te
arrojará, revolcada y hecha pedazos contra las rocas, y morirás más rápidamente que de hastío!’
16. “Pero la que había hablado en primer término no les hizo caso, y después de inhalar
profundamente se soltó; inmediatamente la corriente la revolcó y la lanzó contra las rocas.
17. “Mas la criatura se empecinó en no volver a aferrarse, y entonces la corriente la alzó
del fondo y ella no volvió a magullarse ni a lastimarse.
18. “Y las criaturas que se hallaban aguas abajo, que no la conocían, clamaron: ‘¡Ved un
milagro! ¡Una criatura como nosotras, y sin embargo vuela! ¡Ved al Mesías, que
ha venido a salvarnos a todas!’
19. “Y la que había sido arrastrada por la corriente respondió: ‘No soy más mesías que
vosotras. El río se complace en alzarnos, con la condición de que nos atrevamos a soltarnos.
Nuestra verdadera tarea en este viaje, esta aventura.’
20. “Pero seguían gritando, aún más alto: ‘¡Salvador!, sin dejar de aferrarse a las rocas. Y
cuando volvieron a levantar la vista, había desaparecido, y se quedaron solas, tejiendo
leyendas acerca de un Salvador.”
21. Y sucedió que cuando vio que la multitud crecía día a día, más hacinada y apretada y
enfervorizada que nunca, y cuando vio que los hombres le urgían para que les alimentara con
sus milagros, para que aprendiera por ellos y viviera sus vidas, se sintió afligido, y ese día
subió solo a la cima de un monte solitario y allí oró.
22. Y dijo en el fondo de su alma: “Será un Portento Infinito, si esa es tu voluntad, que apartes
de mí este cáliz, que me ahorres esta tarea imposible. No puedo vivir las vidas de los demás,
y sin embargo diez mil personas me lo suplican. Lamento haber permitido que sucediera todo
esto. Si esa es tu voluntad, autorízame a volver a mis motores y a mis herramientas, y a
vivir como los otros hombres.”
23. Y una voz le habló en las alturas, una voz que no era ni masculina ni femenina, poderosa
ni suave, sino infinitamente bondadosa. Y la voz le dijo: “No se hará mi voluntad, sino la tuya.
Porque lo que tú deseas es lo que yo deseo de ti. Sigue tu camino como los otros
hombres, y que seas feliz en la Tierra.”
24. Al escucharla, el Maestro se regocijó, y dio las gracias, y bajó de la cima del monte
tarareando una cancioncilla popular entre los mecánicos. Y cuando la multitud le urgió
con sus penas, y le imploró que la curara y aprendiera por ella y la alimentara incesantemente
con su sabiduría y le entretuviera con sus milagros, él le sonrió y le dijo apaciblemente: ”Renuncio.”
25. Por un momento, la muchedumbre quedó muda de asombro.
26. Y él continuó: “Si un hombre le dijera a Dios que su mayor deseo consistía en ayudar
al mundo atormentado, a cualquier precio, y Dios le contestara y le explicara lo debía
hacer ¿tendría el hombre que obedecer?
27. “¡Claro, Maestro!”, clamó la multitud. “¡Si Dios se lo pide deberá soportar complacido
las torturas del mismísimo infierno!”
28. “¿Cualesquiera que sean esas torturas, y por ardua que sea la tarea?”
29. “Deberá enorgullecerse de ser ahorcado, deleitarse de ser clavado a un árbol y quemado,
si eso es lo que Dios le ha pedido”, contestó la muchedumbre.
30. “¿Y qué haríais –preguntó el Maestro a la concurrencia- si Dios os hablara
directamente a la cara y os dijera:
‘OS ORDENO QUE SEÁIS FELICES EN EL MUNDO, MIENTRAS VIVÁIS’
¿Qué haríais entonces?
31. La multitud permaneció callada. Y no se oyó una voz, un ruido, entre las colinas ni
en los valles donde estaba congregada.
32. Y el Maestro dijo, dirigiéndose al silencio: “En el sendero de nuestra felicidad encontraremos
la sabiduría para la que hemos elegido esta vida. Esto es lo que he aprendido hoy, y opto por
dejaros ahora para que transitéis por vuestro propio camino, como deseáis.”
33. Y marchó entre las multitudes y las dejó, y retornó al mundo
cotidiano de los hombres y las máquinas.
Alfabeto Emocional
El doctor Juan Hitzig estudió durante años las características de 50
longevos saludables y concluyó que más allá de las características
biológicas, el denominador común de todos ellos radicaba en
sus conductas y actitudes.
“Cada pensamiento genera una emoción y cada emoción moviliza
un circuito hormonal que tendrá impacto en las 5 trillones de
células que forman un organismo –explica–.
Las conductas “S”: serenidad, silencio, sabiduría, sabor, sexo,
sueño, sonrisa, promueven secreción de Serotonina,
mientras que las conductas “R”: resentimiento, rabia, rencor,
reproche, resistencias, represión, facilitan la secreción de coRtisol,
una hormona coRRosiva para las células, que acelera el envejecimiento.
Las conductas “S” generan actitudes “A”: ánimo, amor,
aprecio, amistad, acercamiento.
Las conductas “R” por el contrario generan actitudes “D”:
depresión, desánimo, desesperación, desolación.
Con solo aprender este simple alfabeto emocional de 4 letras:
S.A.R.D. desde edades tempranas lograremos que más gente
viva más tiempo y mejor, porque la “mala sangre”
(mucho cortisol y poca serotonina) deterioran la salud,
posibilitan la enfermedad y aceleran el envejecimiento.
El buen humor, en cambio, es clave para la longevidad
saludable.”
Regala Una Sonrisa Al Mundo
Y El Mundo Será Sano y Feliz!!
EL HOMBRE SUPERIOR DEL l CHING
CHÜN TZU (El Hombre Superior) es como se designaba al noble durante la dinastía CHOU.
No se trata de un hombre superior en poder, fuerza o riqueza, sino en cultura, en bondad y en reconocimiento por los demás. El "hombre superior" es un aspecto de la personalidad, que puede ser dominante o no. El "hombre superior" a diferencia del "hombre inferior" está desprovisto del "falso yo" que adquirimos a medida que perdemos nuestra inocencia innata (cfr. Carol K. Anthony). La esfera "de la ilusión" o de la experiencia individual limitada, el MAYA hindú, favorece el desarrollo del "falso yo", nos aleja de la "realidad última" pero no lo deja fuera de nuestro alcance, a pesar de esta coraza, con reflexión y perseverancia podemos abrirnos paso hasta alcanzar la sabiduría. En el I CHING encontramos referencias como la de que hay que ser paciente con aquellos que cometen imprudencias, como un maestro con su pupilo, ya que las ocurrencias de éste son debidas a su falta de madurez, o bien por estar bajo influencia de ideas equivocadas.
Esta ética del "yo verdadero" se refleja en valores recurrentes en el I CHING, como son el valor de la modestia, el de la inocencia, y lo importante de ser perseverante. El "hombre superior" debe permanecer firme por fuera, pero ser blando por dentro, así resistirá el acoso del "hombre inferior", hará frente a las dificultades, pero podrá adaptarse a las situaciones de cambio, rectificando de dirección cuando sea necesario.
Es difícil encajar en el monolítico pensamiento occidental ideas como ésta junto a nuestras tesis igualitarias o libertarias y a menudo estos conceptos nos resultan contradictorios. Un ejemplo es el de JOHN STUART MILL, hijo del economista británico JAMES MILL y pupilo de JEREMÍAS BENTHAM, padre del "Utilitarismo" y del que MARX decía que era "el genio de la estupidez burguesa". STUART MILL fue preparado toda su vida para ser el gran filósofo del liberalismo y, tal vez por la misma enorme preparación a la que fue sometido, nunca llegó a serlo. Sin embargo escribió dos grandes tratados sobre la libertad en los que por ejemplo, defendía el sufragio universal, y la igualdad de las mujeres. Estos fueron "Sobre la Libertad" y "El Gobierno Representativo", en ellos habla, sin saberlo, de ese hombre superior al que él atribuye la facultad de ser el representante idóneo y el que marcará la pauta a seguir por el resto de hombres, en cuanto a modelo de buenas costumbres, de cultura, de responsabilidad en su comportamiento, y preocupación por el bien público.
Pero esto, él, STUART MILL, lo considera un consejo, como un "ideal" en el comportamiento de las masas. Tal vez, sin saber por qué, veía que algo no encajaba con el orden social occidental-mecanicista, y por lo tanto estático (en términos temporales, no en términos de progreso técnico), en el que las ideas como la igualdad en libertad podían ser fácilmente formuladas y permitían organizar un modelo de sociedad definida en términos político-legales y económicos, pero en el que sin embargo el concepto de "idoneidad" no tenía su sitio.
El "hombre superior" del I CHING sabe ser equitativo, y sabe discriminar entre las cosas. El "hombre inferior" no diferenciará entre las cosas, no verá las necesidades de su pueblo, y probablemente solo lo alimentará con innumerables leyes dejándolo en la total pobreza material y cultural.
Fuente:
Rosario de Cuenca
El I Ching representa una filosofía completa, que se fundamenta en el concepto de un universo unificado y cíclico, en el cual el futuro se desarrolla de acuerdo con leyes y números fijos. No existe la "coincidencia" ni el "azar", sino la causalidad. El I Ching muestra lo que es posible cuando el "hombre superior" maduro está en armonía con el fluir de la energía del yin y del yang. Sus símbolos revelan un elevado código moral, social y político.
Fuente:
Jose German
Hombre superior:
Es el hombre capaz de autocrítica, el que puede ir modificándose; busca su propio destino y va construyéndolo desde un rol activo; tiene como meta lograr lo mejor para su comunidad.
Hombre inferior o vulgar:
Es el hombre débil, incapaz de hacer frente a situaciones; mentiroso, acomodaticio, no tiene autocrítica y por tanto no es capaz de modificarse.
Ambos hombres, el superior y el inferior, coexisten en cada persona. Lo importante es poder luchar para que triunfe el hombre superior. Desde la jerarquía ética se debe entender la constante división entre hombres "nobles" e "innobles" o vulgares. El I Ching está dirigido al "hombre noble" que también se suele traducir como el "hombre superior", cercano al "hombre verdadero" de la tradición.
Cualidades del hombre superior
La idea central de Confucio es que cada ser humano normal aspira a llegar a ser superior a sus compañeros, si le es posible; pero con seguridad, aspira a ser superior a su propio pasado y a su ser presente. Esto apunta a la perfección como meta; y se dice que uno de los temas sobre los que el Maestro rara vez habló, fue la 'virtud perfecta'.
En varios de los dichos de Confucio se presenta los atributos del hombre superior, a quien el sabio amonesta a sus discípulos para que admiren continuamente, emulen sin interrupción, e imiten sin cesar ni impedimento.
Estos incluyen:
Propósito: El hombre superior aprende para lograr lo máximo de sus principios.
Equilibrio: El hombre superior en su pensamiento no se sale de su lugar.
Auto-suficiencia: Lo que el hombre superior busca, está en sí mismo; lo que el hombre ordinario busca, está en los demás.
Seriedad: El hombre superior en todo pone su máximo compromiso.
Minuciosidad: El hombre superior dedica su atención a lo que es básico.
Sinceridad: El hombre superior debe hacer sinceros sus pensamientos.
Verdad: Lo que el hombre superior requiere es que en aquello que diga no haya nada inexacto.
Pureza de pensamiento y acción: El hombre superior auto vigilarse cuando está solo.
Amor de la verdad: El objeto del hombre superior es la verdad.
Rectitud: El hombre superior piensa en la virtud; el hombre ordinario piensa en la comodidad.
Prudencia: El hombre superior quiere ser lento en sus palabras y ágil en su conducta.
Intrepidez: El hombre superior no tiene miedo.
Facilidad y dignidad: El hombre superior tiene facilidad digna sin orgullo; el hombre ordinario tiene orgullo sin facilidad dignificada.
Firmeza: Al rehusar rendir su voluntad, el hombre superior es correctamente firme y no meramente firme.
Crecimiento: El progreso del hombre superior está dirigido hacia arriba, el progreso del hombre ordinario es hacia abajo. Al hombre superior le apena su necesidad de habilidad.
Apertura: El hombre superior tiene sus faltas y todos los hombres las ven. Las cambia y todos los hombres lo admiran.
Benevolencia: El hombre superior busca desarrollar las cualidades admirables de los hombres. El hombre ordinario hace lo opuesto a esto.
Amplitud mental: El hombre superior no promueve a un hombre a causa de sus palabras, ni considera buenas las palabras a causa del hombre.
Caridad: Poder juzgar otros por lo que hay en nosotros, esto puede llamarse el arte de la virtud.
Fuente:
La Etica de Confucio
El Hombre Superior y el Tao
La meta primaria del Confucianismo es crear una nobleza verdadera a través de la educación adecuada y la inculcación de todas las virtudes. Se le describe como el regreso a la manera de nuestros antepasados, y se estudian los clásicos para descubrir la forma antigua de la virtud. La nobleza espiritual es alcanzable por todos los hombres. Se percibe como una realización moral.
Confucio aceptó al Tao, pero puso énfasis en el retorno a una era idealizada, en el cultivo del hombre superior, y en lo pragmático en lugar de lo místico. Las más grandes virtudes del hombre superior son amor benevolente, deber, sabiduría, verdad, y decoro. La salvación es vista como alcanzar y vivir la propia bondad natural, la cual es concedida por el cielo a través de la educación. El hombre superior siempre sabe lo que es correcto y sigue su conocimiento.
Sendero de Logros:
Además de la virtud, las cinco relaciones le ofrecen al seguidor del Confucianismo un medio para progresar. Estas cinco relaciones son gobernante y gobernado, padre e hijo, marido y esposa, hermano mayor y hermano más joven, y amigo y amigo. En el Confucianismo se venera a los antepasados y se asume que su espíritu sobrevive a la muerte. Con respecto a la divinidad, Confucio era agnóstico, prefiriendo poner el énfasis en la vida ética aquí y ahora en lugar de hablar de una vida espiritual más allá de la existencia terrenal, mientras se guía a las mentes de los hombres no al futuro, sino al presente y el pasado.
Fuente:
Religiones de China y Japon
Compilado por Pravin Shah
Jain Study Center of North Carolina
Raleigh
Jain Study Center of North Carolina
Raleigh
Chün-tzu, o el Hombre Superior
Chün-tzu -hombre superior, señor, noble, escolar- el hombre superior es uno de los modelos que los estudiantes deben emular, junto con los sabios y los reyes buenos de antaño.
Comentarios de Muller
Comentario
Hombre superior es una traducción común inglesa del término chino chün-tzu que originalmente significa "Hijo de un Príncipe"- por tanto, alguien de la nobleza. En los Analectos, Confucio proporciona al término un significado especial. Aunque a veces lo usa estrictamente en su sentido original, también lo refiere a una persona que ha hecho progreso significativo en el Sendero (Tao) de auto-cultivo, mediante la práctica de la Rectitud, por el trato amoroso a los padres, el respeto a los superiores, por la honestidad con los amigos, etc. Aunque el chün-tzu es claramente un ser humano muy avanzado, se distingue todavía de la categoría de sabios (sheng-jen), que son, en los Analectos, más como un "ser divino", usualmente un modelo de gran antigüedad.
El carácter del Hombre Superior, en contraste con el del sabio, se enseña como un modelo tangible para todos en el aquí y ahora. Y aunque muchas descripciones de los requerimientos para alcanzar el estado del chün-tzu parecen bastante fuera de nuestro alcance, hay muchos pasajes donde Confucio califica a un contemporáneo, o a alguno de sus discípulos, como un "Hombre Superior," con la intención de hacerle un cumplido. De modo que la categorización no es tan rígida. Si se quisiera comparar el término "Hombre Superior" con el bodhisattva budista, ambos términos son modelos para la tradición; como términos técnicos ambos indican una fase muy alta de desarrollo humano, pero ambos pueden usarse familiarmente para referise a una "muy buena persona".
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