Cuando encontramos el “Yo esencial” ocurren las siguientes cosas:
1.-Parece que todo es igual, pero ya no hay angustia. Aceptamos agradecidos ser lo que somos.
2.-Nada que eliminar, nada que agregar. Podemos discernir qué es auténtico y que es falso.
3.-Vivimos, a pesar de los golpes de la vida, en un estado de alegría perpetua. Vivimos el instante, el momento presente.
4.-Somos capaces de reflejar al otro, su realización es la nuestra, su talento nos engrandece, su satisfacción nos colma de agrado.
5.-No tenemos necesidad de exhibir diplomas, ni premios, ni medallas, ni insignias, ni fotografías de homenajes.
6.-El mundo es caótico pero nosotros nos movemos con una gran sencillez, esa es nuestra finalidad