
Una nueva Navidad está ya a pocos días. Nuestra civilización del confort nos va alejando día a día de una experiencia pausada del tiempo; tenemos a la mano posibilidades técnicas impensables hace tan sólo unas décadas, pero a la vez sentimos cada vez con mayor fuerza la tiranía del tiempo, la aceleración del tiempo: el dominio técnico del mundo nos domina también a cada uno de nosotros.