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miércoles, diciembre 14, 2011

En la antigua colonia griega de Siracusa


 


En la antigua colonia griega de Siracusa, en Sicilia, en el siglo IV antes de Cristo, vivían dos jovencitos. Se hicieron amigos desde niños y aprendieron mucho uno del otro. Cuando eran grandes y estaban en un competencia entre ellos vieron una vez más las injusticias de Dionisio y sus soldados y de decidieron hacer algo.
-No puedes luchar contra los soldados de nuestro Rey -le dijo Damón a Pitias-.
-Tal vez no con la espada, pero conozco otros caminos.
Y comenzó a hablarle a la gente que estaba cerca:
-Un buen gobernante gobierna democráticamente por los mejores intereses de su gente pero un tirano persigue a su gente cargándolos con edictos innecesarios. Nuestro pueblo está oprimido. Dionisio no debe seguir gobernando. Debemos hacer algo.
Unos guardias dijeron:
-Su nombre es Pitias y ha sido un gran problema desde siempre.
-No le tengo miedo a Dionisio. De hecho quiero decirle lo que pienso, frente a frente.
-Eso podemos arreglar -dijeron los guardias.
-Si lo llevan tendrán que llevarme a mi -repuso Damón-
Lo arrestaron también y al llevarlo donde ante el Rey, Pitias le dijo:
-En resumen, usted es cruel, arbitrario, injusto y no concuerda con las reglas de nuestro país.
-Por meses he escuchado de las cáusticas palabras que usas para voltear a la gente en mi contra. Ahora tienes la osadía de atreverte a criticar a tu monarca frente a frente?
-Me atrevo a hablar con la verdad.
-Desmiente tus mentiras.
-Si hubiera dicho alguna mentira, la desmentiría.
-No te retractas? Entonces tomaré tu vida.
Damón no estuvo de acuerdo, pero Dionisio dijo: `Cuál es tu último deseo final?'
-Desearía ver a mi familia, despedirme de mi esposa y de mis hijos y arreglar algo para su futuro.
-Quieres creer que soy tonto al igual que tirano? Si te dejo ir desaparecerás del país y nunca regresarás.
-Señor, si lo deja ir -dijo Damón- yo me quedaré en Siracusa lugar de mi amigo. Si Pitias no regresa, me matará a mí, en su lugar.
-Creo que usted es un tonto, pero este será como un buen deporte.
-Puede llamarme tonto pero Pitias me llama amigo. Sé que él no querrá dejarme morir en su lugar y regresará.
Dionisio le dio tres días. Al los dos días Dionisio le dijo a Damón:
-Tu amigo aún no ha regresado. En verdad crees que regresará para que lo matemos en tu lugar?
-Si lo creo y estoy seguro que lo hará. Debe haberse retrasado.
-Eres un tonto, Damón y en un día serás un tonto muerto y todo en nombre de la amistad!
Al tercer día, Dionisio dijo:
El tiempo ha terminado y tu amigo no cumplió su palabra pero yo tengo que cumplir la mía. Tienes algo que decir antes que la espada termine con tu vida?
-Estoy seguro que Pitias regresará.
Cuando se disponían a ejecutar a Damón, llegó Pitias, diciendo:
-Damón, amigo, lamento haberme tardado. Una tormenta averió mi barco, los bandidos me atacaron. Me negué a abandonar mis esperanzas y logré llegar a tiempo. Dionisio, ahora estoy listo para aceptar mi sentencia de muerte.
-Detengan la ejecución -ordenó Dionisio-. Nunca había presenciado tal lealtad y confianza entre amigos. Su recompensa será su libertad, pero con una condición: antes deben enseñarme cómo hacer una amistad.